lunes, 30 de julio de 2007

“Aperturas en 180º”


Remover los recuerdos; revivir el pasado y alimentar las ilusiones, es simplemente seguir avanzando...

Mirando el ocaso, buscaba una brecha entre la última luz del sol que se escapaba de mis ojos y el silbido del mar ausente que no era más que una tenue brisa. Mis ojos enceguecidos por tal espectáculo no dejaban de buscar una brecha en el horizonte. Como buscando un agujero en esa bola de fuego tenue que me otorgara divisar qué se escondía tras él. Alrededor habían más almas distantes que eran inhóspitas y que incluso me incomodaban en la apertura de mi alma y mente.
De pronto una voz misteriosa me hizo caer de lo más alto de las estrellas que aún no se divisaban. Giré mi cabeza en 180º para poder observar una figura un tanto adyacente a la mía que quizás me observaba desde hace mucho rato, y yo, sin percatarme.
La pregunta un tanto irónica inundo mi torso y sin pensar en lo que decía pronuncie, expirando de mis labios. ¿Qué haces acá? – Era algo obvia la respuesta - Lo mismo que tú. Me cuestionaba: Cómo una persona que recién había reencontrado entre mis recuerdos podía saber lo que yo pensaba y hacía en aquel lugar si apenas me podía distinguir; la risa llenó mi boca y el aire que se convocaba en aquél crepúsculo. Los colores del cielo eran semejantes a los del amor y, pude descubrir a los lejos, a través del zoom de la cámara, una pareja besándose apasionadamente, quizás pensando que sería el último de los muchos atardeceres que apreciarían abrazados. Eso me conmovió, pero sin duda algo tenía te hacer para romper el hielo que había entre este personaje que llegaba a mi lado y que sabía que no se marcharía aunque yo me ausentara psicológicamente. Así, en unos minutos pensé que el sol se iba rápidamente y que sólo acabaría en fracción de segundos.
Le dije - Ven siéntate a mi lado, pero en silencio - Cómo demostrándole que para mi este lugar era un santuario impenetrable por mentes ajenas que trataran de romper su imagen o silencio. Él accedió sin prisa y se acomodó a mi lado.
Por mi mente se revolcaba la idea, ya no del hermoso hito que mis ojos estaban presenciando; sino, más bien, el hecho que por primera vez estaba compartiendo mi gran secreto con una persona de la cual muy poco sabía, pero que sin duda ya habíamos recorrido mucho juntos. Quizás en ese trayecto no estábamos más ajenos que ahora, pero sabíamos que existía un pasado que siempre había que recordar.
Persuadí mis interrogantes con un par de fotos, como grabando este momento y para poder apreciarlo más adelante, en mi ciudad
Una campana se oía a lo lejos. A través del viento llegaba hasta el más extremo lugar, sin duda, nuestras almas ausentes no se percataban de aquel llamado, sino que juntas pero no compactas se esmeraban en buscar una apertura... ese orificio celeste que estaría detrás del sol.

1 comentario:

Unknown dijo...

Creo que pronto podré ver, apreciar y sentir nuevamente esa apertura en 180º, bajo esa hermosa escena y en ese maravilloso espectáculo que nos brinda el sol, que sólamente se da allí... ojalá te pueda volver a ver.